Aguafuertes de la aldea: EL SUEÑO DE CACHILO






Cuando pases por Rosario
caminá sin hacer ruido
porque en un rincón del pago
está el cachilo dormido

(Gracias, don Ata)



Las campañas políticas han terminado, no obstante con todo desparpajo loa aerosoles siguieron vomitando sobre revoques finos y gruesos, sobre mármoles y ladrillos. También aparecieron afiches y pancartas extraños que motivaron sorpresa en los avispados observadores urbanos. Ya no serían consignas partidarias sino artísticas, acusando ese espíritu creativo irrefrenable y otorgándole a la ciudad un matiz diferente.
Las agrupaciones decididas a hacer uso de este medio de expresión tan económico, como lo es la pared, fueron El Poeta Manco Cucaño y La Vergüenza (sic). Sin embargo a riesgo de parecer arrogantes, debemos mencionar a Cachilo –o Alberto Guacho-, guía espiritual de RISARIO, como el pionero del arte grafiti rosarino, tal cual lo atestiguan las páginas de nuestro Nº 6 aparecido en julio de 1982. Otro digno de ser destacado es que por aquello días de dictadura fue el único con testículos suficientes para mandarse una pintada o una carbonilla donde le viniera en ganas. Por estas razones y porque hay mucha gente que se pregunta todavía quién ese esa tal Cachilo es que reflotamos su imagen, más algo de su última producción literaria. Lo que nos revela que si realmente hay una universidad de la calle, él es el decano. Hemos respetado su personal sintaxis y puntuación.

(se citan 7 grafitis a continuación)


Manolo Rivadera
Foto:  A. Lamas

Risario nº 18, setiembre 1984 p. 39