(toma realizada 07-02-1982)



Puedo afirmarlo. Ellos me lo han dicho. Los retratos de estas páginas que recrean parte de la mitología de esta ciudad, hablan entre ellos. Como aquellos amigos de la biblioteca en la cual se refugiaba Maquiavelo después de las fatigas del día. En este caso, Cachilo dialogó con el Poeta Aragón, los dos a su vez con Gregorio Zeballos y con el autor de estas líneas, y a su vez con dos que no pudieron estar, Mario Piazza y Pataqueno. Cachilo demostró muchas cosas. Ente ellas que las paredes de la ciudad era exactas para sus aforismos (que solamente los tilingos ignoran), para poder sentirse triste o contento, y comprender que las cosas no son como todos creemos que son. Una tarde tuve esta confirmación. En la ochava de una esquina donde había negocios dedicados a la venta de sillas y otros muebles de extrema sofisticación, Cachilo, acostado en la calle, apenas apoyado en el vidrio del negocio, con la cabeza sobre a manos, parecía decir: “Aquí conmigo deberían estar Cioran y tal vez Beckett. Para estar más cómodo, digo”.


Gary Vila Ortiz


De “Caras y relatos de la cultura
(2006) Museo Diario La Capital
Fotos de Norberto Puzzolo. Textos de G. V. Ortiz.