UNA PARED EN BLANCO PARA CACHILO





Minuto de silencio, lánguido solo de trompeta que desnuda la ciudad, mirada sin ojos que le saca el maquillaje a esta vida de consumo que nos consume.

La esencia de su poder no dejará estas calles y su nombre (el verdadero) será bandera de los heraldos negros. El habitante de los zaguanes jamás asustó a nadie. Con versos rimados escritos con ceritas el poeta andrajoso siempre nos reconcilió con la realidad, nos devolvió la capacidad de sorprendernos. Cachilo estará dibujando banderas argentinas en el cielo, en solitario testimonio de rebeldía, una constante latinoamericana que regala héroes anónimos y pobres del bolsillo. La primavera lo durmió sin sueños y le dejó grabar un último mensaje: “CADÁVER/RESTOS/PERDÓN POR SI MOLESTO”.

Poco importarían las palabras del homenaje, pero podemos intentar una respuesta: “Gaucho de ciudad: muchos crecimos junto al río, vimos partir barcos sin destino, en este recuerdo mío encontraré el camino”.




La Capital, 5/10/91, recuadro tapa

 

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