¡CACHILO VIVE!



La grabación del video hecha por el arquitecto Bonacci el 5 de octubre de 1991 demuestra que ese día llovía en Rosario, como está lloviendo aquí en estos días de principios de 2001. Aquel video muestra los escritos que había dejado Cachilo sobre los macetones de la calle Sarmiento al 400, vereda de los impares. El día anterior, el viernes 4 de octubre de 1991, en esa misma vereda, el cuerpo de Cachilo daba su rendición final ante la reciedumbre de más de doce años de vida a la intemperie. Uno de aquellos escritos de los macetones que ya no están aparecía como su despedida consciente de la vida terrena: “CADAVER RESTO, DISCULPE SI MOLESTO”.

Los dos diarios locales del lluvioso sábado 5 de octubre de 1991 (el Rosario/12 y La Capital) saludaban emotivamente la partida del poeta de los muros rosarinos.

Poco más de tres años después, el cineasta rosarino que aquí firma comenzó el registro de un documental sobre la figura y la obra de Cachilo, empezando urgentemente por registrar los muchos graffitis que aún resistían estoicamente el paso del tiempo. Cachilo, sin embargo, ya había sido recopilado y retratado abundantemente cuando aún vivía y estaba en plena actividad. Y entre quienes se han ocupado de Cachilo se cuentan algunos de los mejores representantes del arte y la intelectualidad rosarina.

Cachilo fue fotografiado por Norberto Puzzolo y Alejandro Lamas. Su imagen fue retratada por el pintor Gregorio Zeballos, quien a la vez se convirtió en un coleccionista de la obra de Cachilo. Le dedicaron sus versos el poeta Armando Del Fabro, el ya nombrado arquitecto Bonacci y el dibujante El Tomi, musicalizados estos dos últimos, respectivamente, por Omar Torres y Pichi De Benedictis. Los propios textos de Cachilo fueron recopilados por el actor Norberto Campos y editado por él y por los recordados Osvaldo Boglione y Mónica Calegari en un precioso librito de edición artesanal. Han escrito sobre Cachilo los periodistas/artistas Gary Vila Ortiz, Reynaldo Sietecase, Adrián Abonizio, Roberto Retamoso y Daniel Briguet. La revista Risario, que dirigían David Leiva y Manuel Aranda, le publicó en 1982 una entrevista de Manolo Rivadera, el descubrimiento periodístico de Cachilo. Números más adelante, Cachilo estaría la portada de Risario y posteriormente ocuparía un sitio honorario en el staff de la misma, como “guía espiritual”.

Si bien no todos quienes se ocuparon de Cachilo se reivindican “cachileanos”, y más allá de la noción generalizada de que algún desorden psíquico tendría que ver con la definición de su vida y su obra, es notable la coincidencia de varios de sus seguidores en la admiración de puntuales virtudes del poeta de los muros, principalmente la libertad y la dignidad. “Llegó a un lugar que otros artistas no llegaron, ni van a llegar jamás”, dice Adrián Abonizio. “Sería bárbaro si nosotros pudiéramos llevaron con nosotros nuestras herramientas como él llevaba sus instrumentos para el graffiti”, dice el actor Miguel Franchi. Daniel Briguet, sabio de la vida, le rescata a Cachilo un talento que "tal vez necesitemos muchos de los rosarinos más convencionales, para vivir si no más felizmente, por lo menos más dignamente”. El poeta Del Fabro lo refuerza: “Lo rescato plenamente como uno de los tipos más dignos que tuvo la ciudad, por saber vivir y poder vivir como él quería”. Y el poeta y periodista Gary Vila Ortiz sostiene que Cachilo sería una especie de salvavidas pera los náufragos de estos tiempos signados por la represión del poder y el desánimo generalizado de la gente. El escritor y poeta Carlos McAllister ha iniciado improbables gestiones ante el Concejo Municipal para que se declare a Cachilo “Ciudadano Ilustre post-mortem”.

El arte mismo de Cachilo genera controversia en cuanto a su propia consideración como arte. Hay quienes no le reconocen a Cachilo un status de artista “serio”, acaso por su presencia impresentable o por valerse del “ilegítimo” recurso de la locura. Sus desconcertantes versos, infundidos de una combativa inocencia, difícilmente participen de alguna antología poética. “Es que tan injusto como sostener que Cachilo no tiene nada que ver con el mundo de los escritores”, dice el profesor Retamoso, “sería la actitud inversa de sostener que lo que Cachilo hacía es exactamente lo mismo que lo de los demás escritores”. Y define: “Cachilo es un cuestionador, alguien que de manera sesgada, oblicua, viene a poner en entredicho ideas, creencias, opiniones que se admiten comúnmente dentro de nuestra sociedad”. Miguel Franchi expresa su admiración por el arte de Cachilo: “Parecía como que entre una palabra y la siguiente había una zona de libertad y de algo aleatorio que ocurría… Ojalá pudiéramos nosotros estructurar nuestras obras con ese mismo riesgo”. El periodista y poeta Reynaldo Sientecase también lo reivindica: “Yo lo estoy valorando cada vez más. Era un trabajo poético de mucha coherencia dentro de lo que parece incoherente. Es como si Cachilo hubiese tenido un plan, que estaba llevando a cabo”. Mientras tanto, Mónica Calegari declara su “sana envidia” por las cualidades de Cachilo como artista plástico.

Pero, junto con su memoria, lo que da real dimensión a la proyección de la imagen y la obra de Cachilo es el registro de las voces de las nuevas generaciones, las de quienes no tenían edad suficiente para valorar a Cachilo en vida. “¡Qué alucinante lo que hacía este tipo!”, dijo un joven espectador de mi documental. Otro reflejo en ese sentido es la composición que hizo Gonzalo Aloras, joven músico rosarino que puso música a los versos de Cachilo y anda desconcertando a las audiencias de los recitales de Fito Páez, como integrante de su banda.

El artista plástico Rodolfo “Mono” Saavedra vio mi video de Cachilo en su más reciente proyección, en el galpón del Centro de Expresiones Contemporáneas. Y esto le inspiró la realización de un mural dedicado a Cachilo que encontrará su lugar en la recova de Rioja y Buenos Aires, en cuanto las lluvias lo permitan. Se restituye así la presencia de Cachilo en los muros rosarinos, con lo cual se restituye una marca de identidad de esta ciudad, rindiéndosele justo homenaje a quien la dejó hace diez años.

A este homenaje se suma la presentación de una obra de teatro de inspiración cachileana y un tributo internético desde el sitio Postales del Sur, que dirige el periodista Carlos Del Frade.

Por mayor información con respecto a todo esto, visite el sitio de Cachilo en http://pagina.de/cahilo

¡Cachilo vive!

Mario Piazza
Rosario/12, Contratapa, 4/10/01